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Louise Bourgeois y el arte del trauma

Actualizado: 27 mar 2023

Entendía el arte como una forma de sanar los traumas y así lo reflejó. Su obra es completamente biográfica y tan transparente que resulta imposible no empatizar.

"El arte es garantía de la cordura"


Nació en París en 1911 en el seno de una familia acomodada. Su madre cayó gravemente enferma de gripe y la cuidadora de Bourgeois se convierte en la amante de su padre. A partir de entonces, Bourgeois describe a su padre como a un hombre que quiere a todas las mujeres, menos a ella.

Esto fue difícil de gestionar para la artista y le dejó un profundo sentimiento de abandono. Su familia poseía un taller de tapices. Crecer en ese ambiente marcó profundamente su obra y acabaría incluyendo tejidos, cordeles, lanas, etc.




Cuando cumplió doce años comienza a ayudar a la empresa familiar realizando dibujos de los tapices y cuidando de su madre. La muerte de su madre en 1932 le llevó a caer en una profunda depresión de la que únicamente consiguió salir a través del arte.



Se casó con el historiador Robert Goldwater y se mudaron a Nueva York. Estando en Estados Unidos se vincula a Art Students League donde aprende a hacer grabado e investiga sobre las diferentes dimensiones del arte. Experimenta con la escultura y totems. Realiza su primera exposición individual en 1945 gracias a la cual entabla relación con artistas como Rothko, Pollock o de Kooning, sin embargo, se mantuvo fiel a su estilo.


Vuelve a enfrentarse a la muerte cuando su padre muere repentinamente en 1951 lo que le hace recaer en depresión. Este estado de ánimo le impulsa a crear arte para expresar sus traumas, su dolor y experiencias y asiste a un psicoanalista que le recomienda recluirse. Tras la reclusión realiza su primera exposición después de once años con un gran éxito.


A partir de 1973 su carrera de expande, muere su marido y sigue empleando el dolor para crear obras en las que expone su alma.

Relaciona sus obras con el psicoanálisis y utiliza el arte como medio para conectar con las emociones y sanar el trauma.


En los 90 crea sus narrativa más famosa: la analogía entre la madre y la araña. Ambas son depredadoras y tejedoras. Además, es una retrospectiva a su infancia ya que está relacionada con los telares.

“La araña es una reparadora. Si rompes su telaraña, no se altera. Teje y la repara”.


Falleció en 2010 a los 98 años y nunca dejó de crear. Su obra ha sido fundamental y ha trascendido tanto en el siglo XX como XXI convirtiéndose en una de las mujeres más importantes en la historia del arte.








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